El mundo está lleno de personas extraordinarias que dejan de serlo para poder sentirse válidas o sencillamente aceptadas. Es una forma de integración anuladora para ellas. Pero no entienden eso. Lo único que quieren es sentirse amados.
Lo estrafalario y escéntrico nos divierte pero es muy complicado vivir con ello porque nos desvía del tranquilo rumbo que queremos y/o llevamos en nuestras vidas. Lo extraordinario solicita una respuesta extraordinaria, cambiar las cosas de sitio, hacer un espacio a lo inédito. Lo increíble es que lo extraordinario inunda nuestro aburrido mundo, pero no podemos verlo.
La gente extraordinaria debería estar protegida de la que reclama normalidad. Deberían vivir en sitios extraordinarios, estudiar en escuelas extraordinarias y ser cuidados por seres sobrenaturales que saben que no hay nada de extraordinario en ser extraordinario y no querer cambiarlo.
Deberían sentirse orgullosos de lo que son.
Los seres extraordinarios deberían ser amados por los extraordinarios y ordinarios igualmente.
Hay muchas cosas que son extraordinarias y vivimos rodeados de ellas a veces sin saberlo y sin ser conscientes de ellas y haciéndolas parecer normales.Tratamos con personas complicadas y tiernas, dóciles y rebeldes, torpes y confusas, e incluso aquellas contaminadas por otras que pretenden tapar a los extraordinarios con pudor y miedo, porque lo extraordinario no es fácil de entender.
Pero viivimos en un mundo extraordinario en el que todo es posible.
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