Cuando todo era como pensabas llegó eso que cambió la dirección de las cosas.
Cosas que antes eran tan importantes, vitales y maravillosas, sin las cuales no vivías dejaron de serlo en un solo instante.
Instantes vividos intensamente con tanta alegría, pasión y esperanza por los que hubieras dado hasta tu vida.
Vida gastada tan inútilmente y gratuitamente que hoy desearías no haber desperdiciado así.
Así que un día se enciende una luz y sin mucha cordura rondando tu corteza cerebral, te paras en seco y decides pensar.
Pensar en cómo hubiera transcurrido todo si las cosas hubieran sido de otro modo, si no hubieses estado en ese momento, en ese preciso lugar y con ese motivo.
Motivos que hoy ni siquiera son importantes ni relevantes, ya que en otras circunstancias no deberían haber sido transcendentales y que ni siquiera recuerdas.
Recuerdas sin embargo sensaciones, olores, colores, tactos...que nunca sacarás de tu mente, cuerpo, ni alma, nunca más.
Mas cabe decir que sí se han olvidado parte de otros detalles importantes que deberían guardarse en la memoria tales como años, meses, días, horas...
Horas desperdiciadas...
desperdiciadas horas tontamente, demasiadas.
Demasiadas cosas reprochadas, vengadas, amenazadas,echadas en cara.
Caras extrañas que se encuentran después de un tiempo de guerra y que hablan de cosas que ya se saben de sobra.
Sobran motivos para sentarse y discutir las circunstancias sabidas, los problemas habidos y la no solución posible.
Posiblemente el tiempo pondrá a cada uno en su lugar, y lo que tenga que venir vendrá.
Vendrán días mejores, en los que no llueva, no haga frío, haga sol y no haya luna llena.
Llenará el vacío otro contenido, otro continente con un material distinto y que no incluya las ganas de vivir.
Viviremos así para siempre?
Siempre así.
Así.
Sí.
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